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De acuerdo con un estudio realizado recientemente en una Universidad estadounidense, los medios sociales como Facebook atraen a personas que necesitan un “subidón de ego”. La investigación determinó que la obsesión con los medios sociales trata cada vez menos de la conexión con los demás y más de la vanidad, egocentrismo y auto-promoción de cada uno. Y es que de repente, lo que se come en el desayuno o compre en el supermercado es una noticia suficientemente importante como para ser publicada.

Social media

Vivimos en un iWorld rodeado de iPhones, iPads, iWatch, Tumblr, Instagram… el foco es claro: Yo, mi, me, conmigo. Drogarse con Facebook para pensar que lo mejor de uno mismo está metido en la pantalla es tan falso como creer que el hombre puede volar (sin ayuda de medios mecánicos ni LSD). El peligro de alimentar el ego es que, cuando se alimenta, éste se hace fuerte. Y cuándo se vuelve fuerte, comienza a gobernarnos. Pronto ya no somos “esclavos de Dios”, sino que nos convertimos en esclavos de nosotros mismos.

Está bien ser vanidoso, por lo menos a veces. Pero el narcisismo extremo es peligroso, tanto para el narcisista, como para los que están a su alrededor.

Dicen que las fotos que subimos a nuestro perfil de Facebook resumen muy bien cómo somos. Los que suben fotos de sus hijos, los aman y se sienten orgullosos de exhibir lo guapos que son. Aquellos que ponen fotos de celebridades, quisieran ser más parecidos. Los que ponen una foto editada donde sólo se ve un ojo o parte de su cuerpo se sienten inseguros y por eso prefieren la abstracción.

Los que se exhiben sin camiseta o en bañador quieren que se les note y les feliciten por “partir” tanto el gimnasio. Finalmente, los que muestran primeros planos con poses tipo “Supermodelos” están esperando a que alguien los descubra, ven al mundo como su pasarela. Y lo cierto es que por cada foto bonita y perfecta que “sube” un narcisista hay cincuenta fotos que desechó antes, ¡seguro!Facebook egoEn una era donde predomina el consumismo y el egoísmo, Facebook se aprovecha de este comportamiento narcisista para acercarse a las personas y quizá en esa estrategia es dónde se esconde su éxito. Las sencillas preguntas que nos plantean “qué estas haciendo? o “en qué estás pensando?” puede resultar un poco incómodo para algunos, pero para los más narcisistas, resulta un delicioso manjar.

Facebook alimenta nuestro deseo y necesidad de compararnos con otros. Otro estudio realizado recientemente por la Universidad Libre de Berlín afirmaba que darle al famoso “Me gusta” en Facebook produce un estímulo similar al que experiencias con la comida o el sexo.

Por lo tanto si Facebook ya inspiraba adicción al narcisista, los halagos y gestos de aprobación generan una sensación de bienestar tan grande que estimula una región del cerebro encargada de concebir placer: el núcleo accumbens.

Redes sociales y amor propio

Una de las conclusiones a la que hemos llegado es que los narcisistas con baja autoestima pasan muchas más horas en las redes tratando de levantar su imagen, aunque solo sea en la red, en comparación con los más modestos. Y la razón reside en que sienten esa necesidad empedernida de “aparecer” y sentirse “guays” cuando en realidad, una vida ajetreada sin pruebas de serlo, es una vida divertida de verdad.Redes socialesLa mayoría de gente cree que mientras más amigos tenga en Facebook, más popular seré y los más vanidosos valoran su “falsa perfección o belleza” en función de cuántos amigos tiene, pero irónicamente, lo curioso es que cuánto menos perseguimos la aceptación y aprobación de la gente, más la ganamos y cuanto menos necesitados estemos de otras personas, más atraídos se sentirán por nosotros.

Para finalizar y a modo de conclusión, el estudio mencionado anteriormente concluye que el aumento en el narcisismo ha coincidido con la explosión de Facebook, pero, sin embargo, investigaciones recientes sugieren que tener Facebook, en general, no es un signo de narcisismo.

Sino que si una persona ya tiene los rasgos de personalidad asociados con el narcisismo, Facebook es probablemente un buen aliado para satisfacer su necesidad de ser admirado por muchos “amigos” ocasionales.

Al fin y al cabo, quien no sepa controlar sus propias adicciones, al igual que con la comida o el sexo, que no “practique” Facebook!Que la red social sirva como herramienta de libertad, no de evaluación sobre los demás.